Hace algunas semanas reflexionaba acerca de los cambios que el desarrollo
tecnológico ha provocado y como nos ha acercado las herramientas para poder
comunicar ideas.
En el caso de la televisión abierta en México me he manifestado como
un crítico de su programación que en su mayoría es de baja calidad y que no
responde a las necesidades de crecimiento intelectual de la sociedad, por el
contrario, está basada en una suerte intencional de inducir y mantener a la
gente manipulada de acuerdo a la conveniencia económica, política e incluso ideológica
de los dueños de las empresas televisoras y de los grupos de poder a los que
pertenecen.
Me congratulaba que los hábitos de la gente estaban cambiando para
dejar de ver tv y en su lugar buscar opciones interactivas en las que si hay
posibilidad de elegir lo que se desea ver y con la posibilidad de interactuar y
de esta forma restarle fuerza a ese virtual poder fáctico, que en México no
cabe duda ha sido nocivo en favor de un grupo que se beneficia de la permanencia
de la corrupción.
Con el crecimiento de las opciones de comunicación que el Internet
y sus aplicaciones nos han acercado, estamos ante la posibilidad, con todas las
herramientas a nuestro alcance, para poder producir nosotros mismos y comunicar
virtualmente todos los contenidos que nos
imaginemos y ponerlos a disposición de cualquiera que esté conectado. La
propia gente que antes era solo espectadora ahora genera y pone al alcance de
los demás su propio material y el de otros.
Acabo de ver a Roberto Mtz un blogger quien expresa su decepción sobre
los contenidos del Internet en México que es igual de intrascendente que el que
promueven las televisoras. El Internet se ha convertido en una televisora sin
presupuesto lleno de material intrascendente en nuestro país.
El desarrollo tecnológico ya puso en nuestras manos las
herramientas para producir y difundir lo que hace muy poco tiempo era tan
complicado, ya no tenemos que convencer a la empresa ni a productores ni gastar
millones para que se lleven a cabo nuestras ideas sobre contenidos. Lo que
ahora falta es solo atreverse y poner acción a nuestra inquietud.